Turquía y Siria buscan contra reloj supervivientes de los terremotos que han causado más de 7.800 muertos
Cientos de miles de personas pasan la noche en sus vehículos o agolpados en polideportivos y refugios. Las autoridades temen que la cifra final de víctimas sea mucho más alta
Un nuevo día ha amanecido sobre dos países desolados por la tragedia. Cientos de miles de personas en Turquía y Siria han pasado la noche en sus vehículos o agolpados en polideportivos y refugios, algunos incluso en la calle tratando de luchar contra las bajas temperaturas con fogatas improvisadas. Sus hogares son un montón de cascotes, se han visto dañados o temen que lo hayan sido y que puedan derrumbarse con el paso de las horas. Muchos de ellos esperan noticias de sus seres queridos, atrapados bajo los escombros. La cifra de muertos no para de aumentar: por el momento, 7.826 entre ambos países, pero se teme que el número final sea muy superior. Además, hay unos 39.000 heridos. El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha declarado el estado de excepción en las zonas afectadas por el terremoto, que estará en vigor al menos durante tres meses.
El Gobierno de Turquía informó de que, casi 40 horas después del primer terremoto, de magnitud 7,8, se han computado 5.894 muertos y más de 34.000 heridos, según ha detallado el ministro de Sanidad, Fahrettin Koca. En Siria, la cifra de fallecidos asciende a 1.832 y los heridos se cuentan por miles, sumando aquellos en zonas bajo control del Gobierno y aquellos en territorio controlado por los rebeldes. Pero la destrucción es tal ―solo en Turquía ya se han computado más de 5.000 edificios completamente destruidos por los seísmos y sus fuertes réplicas― que la Organización Mundial de la Salud (OMS) teme que el número de muertos continúe aumentando hasta superar los 20.000. ’Por desgracia vemos lo mismo en todos los terremotos. Los números iniciales de personas muertas o heridas se incrementarán significativamente esta semana’, explicó Catherine Smallwood, encargada de emergencias en Europa de la OMS.
Según la agencia de gestión de emergencias de Turquía (AFAD), 16.400 efectivos de salvamento, tanto de la agencia turca como llegados del extranjero, han trabajado durante toda la noche retirando escombros y abriendo túneles para tratar de rescatar a quienes todavía quedan entre las ruinas. Las primeras 48-72 horas de trabajo son cruciales para hallar supervivientes; después, las probabilidades de que quienes han quedado atrapados permanezcan con vida se reducen considerablemente, más aún teniendo en cuenta que, durante la noche, muchas de las provincias afectadas han registrado temperaturas bajo cero, lluvia o nieve. Según el vicepresidente turco, Fuat Oktay, cerca de 8.000 personas han sido rescatadas ya de entre los escombros.

Es una tarea pesada y delicada, que exige del esfuerzo de decenas de personas y que se ve obstaculizada por las continuas réplicas (unas 300, según AFAD). Por ejemplo, en la ciudad de Kahramanmaras, en torno a las cinco de la mañana hora local (dos horas menos en la España peninsular), los equipos de emergencias lograban rescatar con vida al joven Can. Lo habían localizado horas antes, pero este adolescente de 14 años había quedado atrapado por los bloques de cemento y vigas de varios pisos que se le vinieron encima, según mostró la cadena CNN-Türk. Finalmente, tras cuatro horas de trabajo, pudo ser extraído del esqueleto del edificio y trasladado a un hospital sin heridas de demasiada gravedad.
Pero también ha habido denuncias de varias localidades afectadas a las que no ha llegado la ayuda, especialmente en la provincia turca de Hatay, situada entre la costa mediterránea y la frontera siria. En vídeos publicados en las redes sociales, vecinos de la zona piden a las autoridades el envío de equipos especializados porque, sin maquinaria, no pueden liberar a las personas atrapadas. “Han pasado 25 horas y esta es la situación”, explicaba Baris Atay, vicepresidente del Partido Obrero de Turquía, en un vídeo enviado a los periodistas y grabado ante un edificio derruido de la ciudad de Antioquía en el que no se estaban desarrollando labores de rescate: “Dentro está un amigo mío. Sigue con vida, solo tiene un pie roto. Estamos tratando de sacarlo, pero no podemos trabajar porque está oscuro. Hay un grupo de trabajadores de la construcción que se han ofrecido como voluntarios y están sacando a gente de otros edificios derruidos, algunos muertos, por desgracia. Pero fuera de estos trabajadores voluntarios no hay nadie, a esta gente la están dejando morir”.
Pero también ha habido denuncias de varias localidades afectadas a las que no ha llegado la ayuda, especialmente en la provincia turca de Hatay, situada entre la costa mediterránea y la frontera siria. En vídeos publicados en las redes sociales, vecinos de la zona piden a las autoridades el envío de equipos especializados porque, sin maquinaria, no pueden liberar a las personas atrapadas. “Han pasado 25 horas y esta es la situación”, explicaba Baris Atay, vicepresidente del Partido Obrero de Turquía, en un vídeo enviado a los periodistas y grabado ante un edificio derruido de la ciudad de Antioquía en el que no se estaban desarrollando labores de rescate: “Dentro está un amigo mío. Sigue con vida, solo tiene un pie roto. Estamos tratando de sacarlo, pero no podemos trabajar porque está oscuro. Hay un grupo de trabajadores de la construcción que se han ofrecido como voluntarios y están sacando a gente de otros edificios derruidos, algunos muertos, por desgracia. Pero fuera de estos trabajadores voluntarios no hay nadie, a esta gente la están dejando morir”.
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