Triste historia en la Sierra oaxaqueña.

Oaxaca, Oax. Mireya es originaria del municipio de Santiago Juxtlahuaca etnia indígena de origen triqui, esta pequeña guerrera que, a su corta edad de 14 años, la vida le ha puesto un gran reto a enfrentar día con día.

A partir de los 10 años tras el fallecimiento de su mamá, ella comenzó con el cuidado de su tío Clemente, sufre parálisis cerebral infantil.

La vida le ha colocado un reto más, al cuidar de su abuelita la cual es diabética y contrajo una infección en su pie, debido a este problema tuvieron que amputar parte de su pie, desafortunadamente y hace algunos días le han diagnosticado cáncer causándole a esta pequeña guerrera un desgaste físico y emocional.

Porque ya sabe que pasará lo inevitable en poco tiempo con su abuelita, y serán ella y Clemente contra el mundo.

Mireya a pesar de estas adversidades continúa con su sueño de salir adelante estudiando, comenzando su día a partir de las 5:00 am, para poder dejar preparado el desayuno y atender a su tío, abuelita y hermana pequeña de tan solo 3 años.

Terminando estas labores acude a la escuela; durante el receso ella regresa a su casa para poder asegurarse de que ellos se encuentren bien.

Posteriormente al salir de la escuela vuelve a casa para continuar con los cuidados de su familia y poder darse un espacio para realizar sus tareas escolares.

Es así como Mireya ha demostrado su valentía, responsabilidad, el enorme corazón y la fé que tiene en Dios, para superar a todos estos retos que en la vida está enfrentando.

Cabe mencionar que le cuesta mucho trabajo conseguir alimentos en estos momentos por la enfermedad de su abuelita, cuando su tío Clemente tiene que ir a consulta, ella lo tiene que cargar hasta el lugar que sea necesario llevarlo.

Por ello solicita la ayuda de asociaciones o personas altruistas, para que puedan recibir apoyo ya sea económico o en especie.

Asegura la menor que no tiene apoyo de su municipio, y tampoco de familiares.

Súmate a esta causa apoyemos a Mireya y a Clemente a salir adelante, toquemos corazones y conciencias, por estos dos ángeles de la sierra oaxaqueña.

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