Hasta pronto Vicentita QEPD
|| A todos nos dejas algo de ti, afortunado por estar a tu lado.

Vicenta, te vamos a extrañar, pero tu vuela alto y apártanos un lugar allá. Descansa en paz.
Siempre será difícil decirte adiós, Vicenta, por lo que ahora solo te puedo decir: Hasta Pronto.
Nos dejas a todos y cada uno de quienes nos tocó trabajar a tu lado, algo de ti, pues más allá de la amistad, con una charla aprendimos de ti no solo periodísticamente, sino a saber escuchar al entrevistado para después analizar lo que dijo.
Me siento afortunado de haber podido estar a su lado un día antes de su partida, tuvimos la oportunidad Martín García Páez y un servidor de visitarla en su domicilio, donde nos atendió como siempre lo hacía, con amabilidad, con cariño y con la charla abierta, con el recuerdo de algún pasaje de su vida, con el deseo de seguir viviendo.
Martín García le prometió volver a su casa este sábado para llevarla a dar la vuelta, pues ella quería salir y para ello, nos presumió que tenía silla de ruedas y un tanque de oxígeno portátil que una periodista igual que ella, le había obsequiado, por lo que le agradeció todas sus atenciones.
Sí, la conoció en El Sol del Centro y nos dijo a Martín y a mí: ’Agradezco mucho a Vania (López González), por todo su apoyo, ha estado al pendiente.
Recordamos aquellos años ya lejanos cuando era secretario del ayuntamiento el difundo doctor Artemio Ángeles Sánchez, quien nos invitaba a Vicenta y a un servidor al Quick Lunch a los caldos, un pollito y no podían faltar los ’Machos Prietos’; Una especie de tequila con coca cola, limón, sal y no sé qué otra cosa le ponía, pero sabían ricos… Estamos hablando de hace unos 40 años.
Sí, te quiero desde que eras chiquita… Luego cambió a: Diles desde cuándo me quieres: Desde que era chiquita… La carcajada de inmediato.
Podíamos hablar mucho, como aquella ocasión cuando un director de El Sol quiso gritarle y Vicenta no lo permitió y exigió respeto y como ese loco seguía levantando la voz, le dijo: No me grite, a mí me respeta… Ahí tiene su trabajo y se salió de la redacción.
Pero hoy estamos consternados, Vicentita ya no está, decidió ir a escribir y a entrevistar grabadora en mano a personajes que ya están en otro plano celestial para seguir con su apasionante carrera en el periodismo.
La misa será muy temprano en catedral y posteriormente la llevarán al portal, donde se tomará un café (media carga), como aquellas mañanas de platicas intensas; quizá acuda a las instalaciones de El Sol del Centro, de la Radio en avenida tres y calle 6 y al filo de las 13 horas deberá arribar a su última morada, el Nuevo Panteón Municipal.
Vicenta, te vamos a extrañar, pero tu vuela alto y apártanos un lugar allá. Descansa en paz.
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