Más allá de tratarse de un burdo y escandaloso ’pleito de lavaderos’, lo que ocurrió al interior de la fiscalía General del Estado (FGE) el pasado jueves, confirma que la actual administración estatal se conduce sin pies ni cabeza. Y que va configurándose el circo, maroma y teatro como la divisa de gobierno ’más rentable’ para una mandataria que no logra encontrarle la cuadratura al círculo. En consecuencia, las crisis amenazan con estallarle no solo de manera más frecuente, sino cada vez con mayor crudeza. Basta con asomarse a las coyunturas.
CRISIS INTERMINABLES. – Hay cuando menos dos momentos políticos recientes que confirmaron no solo la improvisación real de la gobernadora Evelyn Salgado, sino el natural desgaste que labra afanosamente. Se lee así: 1.- En la FGE la teniente coronel Sandra Luz Valdovinos Salmerón se enfrentó a golpes con la ex directora de Recursos Humanos y Desarrollo de Personal Marvilla Alicia Melo Vega, herencia del ex fiscal priista, Jorge Zuriel de los Santos Barrila. La prepotencia de ambas mujeres, detonó en el escandaloso altercado. El cual por supuesto, alcanzó de cuerpo completo a la gobernadora Evelyn Salgado, quien al final de cuentas, guardó silencio ante los hechos. Se entiende: no puede hacer nada. Porque la fiscal Sandra Luz Valdovinos fue impuesta desde la federación por el presidente AMLO. Y por ese motivo no puede despedirla ni fincarle responsabilidad alguna derivada de ese vergonzoso zafarrancho. Tiene que aguantar ’a carga cerrada’. Y la presunta víctima del atropello Alicia Melo, bien pudo ser enviada deliberadamente a provocar a la fiscal, sabedora no solo de su intolerante formación militar, sino de su ausencia de humildad y desgarbada prepotencia, transformada en constantes ’abusos laborales y pérdidas de beneficios ganados con el anterior fiscal’. Y luego, brotaron las inconformidades de agentes ministeriales y trabajadores de la dependencia que citaron a improvisada conferencia de prensa, solo para confirmar una sola situación: que estaban perdiendo antiguos privilegios. Pero sus resultados como autoridad se les siguen negando. El punto parece claro: la trifulca sirvió para moverle el tapete a la gobernadora, Evelyn Salgado, exhibirla como incompetente y de paso, mostrarla incapaz de renunciar a la fiscal militar. De fondo, parece tratarse de un certero golpe político. Sencillamente, porque la presumiblemente afectada sirvió al anterior fiscal. 2.- Para blindarse de los ataques normalistas de Ayotzinapa y evitar que le incendien el Congreso local hasta el Palacio de Gobierno, la mandataria estatal coreó al unísono con su padre, el senador con licencia y presunto desempleado político, Félix Salgado: el cierre de la normal no es la solución. ’Ahí van los hijos de los campesinos pobres y ya se tiene trazada una ruta de diálogo’ coincidieron. Pero hasta hoy, ningún diálogo ha funcionado. La gobernadora fue más allá: aseguró ’no tener ninguna información’ sobre la infiltración de la delincuencia organizada en esa institución, una versión sostenida por el presidente AMLO. Es decir, se deslindó de López Obrador y de la información que ’él sí tiene’ al respecto. Con ello, de aquí en adelante serán dos versiones las que terminen de enredar a los guerrerenses: la que defienda la presidencia del país. Y la que contradiga el gobierno estatal. Lo peor no es eso, sino el doble discurso de la gobernadora, copiado fielmente de la escuela priista: ’mi gobierno no es, ni nunca será represor’, aseguró. Pero contradictoriamente, ’seguirán los operativos en las casetas de cobro de la Autopista del Sol’. Es decir, el único represor en este punto, es el gobierno federal, pese a la intervención de la Policía Estatal. Porque fueron los normalistas quienes acusaron ’represión’ institucional después de su frustrada toma de la caseta de cobro de Palo Blanco, el pasado 4 de febrero. Las imposturas, la simulación y el engaño, se configuran como las marcas de casa de la 4T en Guerrero. No hay forma de revertir ese deterioro.
HOJEADAS DE PÁGINAS…Más que por jubilación o porque se le asignará un empleo mejor al interior de la Mitra, trasciende que el desplazamiento del obispo Salvador Rangel Mendoza, fue una indicación fulminante del Vaticano. Porque el prelado había rebasado desde hace tiempo, la delgada línea entre su misión pastoral y su involucramiento como vocero de algunos grupos criminales. Y para dejar latente la jiribilla, ’quemó’ por adelantado a su sucesor José de Jesús González Hernández: ’le mataron hace poco a un sacerdote y a él, lo balacearon’. Qué tal.